Un viaje de múltiples sabores
La Semana Santa en Bogotá y Cundinamarca es un tiempo de reflexión, tradición y, por supuesto, de deleite gastronómico. Mientras la capital se llena de fervor religioso y su oferta culinaria se adapta a la temporada, a pocos kilómetros se encuentra un paraíso de sabores listos para ser descubiertos.
Desde Bogotá, es fácil emprender un viaje por los caminos de Cundinamarca y sumergirse en la riqueza gastronómica de sus provincias. En cada rincón del departamento, las plazas de mercado, restaurantes y cocinas tradicionales ofrecen platos que combinan historia y sabor, manteniendo vivas las recetas ancestrales.
El pescado como protagonista
Siguiendo las costumbres de la Semana Mayor, muchos cundinamarqueses optan por los pescados de río como ingrediente principal en sus comidas. En el Alto Magdalena, el viudo de capaz es el plato estrella. Esta preparación, que se cocina con yuca, mazorca y plátano, se sirve con ají y hogao, logrando un equilibrio perfecto entre lo tradicional y la buena mesa.
En los municipios ribereños del Bajo Magdalena y el Tequendama, como Girardot y Tocaima, el pescado frito con patacón es un imperdible, mientras que en poblaciones de la provincia del Guavio se encuentra la trucha al ajillo, acompañada de ensalada y papa criolla.
Las plazas de mercado, los restaurantes y las cocinas populares adaptan sus menús en esta temporada, asegurando que el pescado y los mariscos sean los protagonistas en las mesas.
Más allá de 'la comida santa'
A pesar de la fuerte tradición en torno al consumo de pescado, la gastronomía de Cundinamarca no se limita a esta opción. Quienes deciden ampliar su menú durante la Semana Santa pueden disfrutar de otros platos típicos que han sido parte de la identidad del departamento.
Por ejemplo, en la Sabana Centro y la Sabana Occidente, la fritanga sigue siendo uno de los platos más emblemáticos. Una combinación de longaniza, chicharrón, morcilla, papa criolla y plátano maduro que, aunque no se asocia directamente con la Semana Mayor, sigue siendo una opción apetecida por locales y visitantes.
Otro infaltable es el fiambre guaduero, originario de Guaduas, en la provincia de Gualivá. Este envuelto en hoja de bijao contiene arroz, carne de cerdo, huevo cocido y plátano maduro, lo que lo convierte en un plato perfecto para llevar y disfrutar durante los viajes de la temporada.
Los sabores dulces de Semana Santa
Si hay algo que no puede faltar en la mesa cundinamarquesa durante la Semana Mayor, es el toque dulce. La repostería y los amasijos son una parte esencial de la tradición culinaria de la región.
Las obleas con arequipe, las almojábanas, los cotudos y los pandeyucas son parte de la oferta tradicional de la Sabana, mientras que, en municipios como Ubaté y Cucunubá, la cuajada con melao es el postre predilecto.
Otros dulces típicos incluyen las fresas con crema, dulce de papayuela y el roscón resobado de La Vega.